El pasado jueves 4 de abril, el Pabellón Oeste fue testigo de una noche inolvidable de pura energía y locura desenfrenada con el esperado concierto de Turnstile. Desde el inicio hasta el final, el evento fue una montaña rusa de emociones, con cada banda que subía al escenario dejando su huella y preparando el terreno para el acto principal.

El telón se abrió con la actuación electrizante de Margaritas Podridas, la primera banda en calentar motores y poner a los asistentes en el estado de ánimo adecuado para lo que vendría a continuación. Su enérgico set dejó claro que la noche prometía ser intensa y llena de adrenalina.

A continuación, DRAIN tomó el escenario con su hardcore implacable, arrasando con todo a su paso y preparando el terreno para lo que estaba por venir. Su actuación fue una explosión de furia y pasión que dejó al público ansioso por más.

Luego fue el turno de Ceremony, cuya actuación fue un torbellino de punk y caos controlado. La banda entregó un set poderoso y enérgico, manteniendo la intensidad en un nivel máximo y preparando el escenario para el acto principal de la noche.

Y finalmente, llegó el momento que todos estaban esperando: Turnstile. Desde la primera nota, la banda hizo temblar el lugar con su sonido enérgico y contagioso. El público saltaba, cantaba y se entregaba por completo al frenesí del mosh pit, creando un ambiente de camaradería y euforia que difícilmente se olvidará.

Lo más notable de la noche fue la solidaridad y el compañerismo entre los asistentes. En medio de la vorágine del mosh pit, siempre había alguien dispuesto a ayudar a aquellos que caían, asegurándose de que todos pudieran disfrutar del concierto de manera segura.

El concierto de Turnstile en el Pabellón Oeste no solo fue una experiencia inolvidable para los asistentes, sino que también dejó una huella imborrable en la banda misma. Durante esa noche, tanto el público como los miembros de Turnstile sintieron la intensa energía que llenaba el recinto, creando un ambiente de euforia y camaradería que se mantendrá en sus memorias por mucho tiempo. Con la esperanza de volver pronto con nueva música, tanto la banda como sus seguidores anhelan revivir esa atmósfera de saltos y bailes desenfrenados que caracterizó esa noche inolvidable en el Pabellón Oeste

Texto: Sergio H. Silva

Fotos: Cortesia OCESA

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