No nos cabía duda de que la banda originaria de Inglaterra tuviera el poder y la presencia para ser la encargada de darle cierre a esta edición del Festival Corona Capital, la cual estuvo llena de grandes bandas, pero lo que hizo The Cure arriba del escenario principal no tiene palabras para describirse, así que haremos lo posible por describirlo para ti.
The Cure tiene 4 años de no venir a nuestro país, Robert Smith nos prometió volver en el 2020 para presentarnos su nuevo disco, pero de pronto una pandemia no nos permitió vivir ese suceso. Su nuevo álbum aún no ve la luz pero afortunadamente el CC nos trajo de vuelta a esta banda tan querida a nivel mundial.
La presentación estaba marcada para empezar a las 10:45, pero desde 20 min antes las pantallas y escenario se tornaron oscuros y con sonidos de lluvia y algunos truenos, fueron preparándonos mentalmente para la gran oscuridad de Robert Smith y compañía, la gente tomaba sus lugares, compraba sus bebidas y preparaban todo para empezar a disfrutar 10:45, cuando de pronto la banda sale 5 minutos antes y tomó de sorpresa a la audiencia quien comenzó a correr y gritar hacia el mejor lugar para disfrutar del evento. Se prenden las luces y Robert camina por los pasillos laterales a contemplar a la gente, saludarlos de manera afectuosa con una sonrisa mientras de fondo escuchábamos “Alone”, perfecto para darse la bienvenida tanto público como banda.
Sabemos bien que The Cure no pierde el tiempo y es que en sus shows van de una canción a otra sin tiempo entre ellas, le sacan jugo al máximo al tiempo para poder satisfacer a sus fans, Robert solo dice “gracias, thank you” entre rola y rola e incluso nos dijo: “perdón que solo diga “gracias” durante todo este tiempo, pero sinceramente es lo único que tengo que decirles” y nosotros como público solo podemos aplaudirle y ovacionarlo, para agradecerle de la misma manera.
“Pictures of you”, “Burn”, “Fascination Street” y “Just like heaven” hicieron gala de lo que se venía después, se escuchaban comentarios entre el público que decía: “no puedo creer que estoy viviendo esto”, “la voz no le cambia nada” y es que si, parte de lo increíble de ver en vivo a la banda inglesa es la calidad de músicos que son, el sonido bastante limpio, cuadrado y bien cuidado pero sobre todo, la voz de Robert Smith es impecable, como si no hubiera pasado el tiempo en el, el timbre de voz nunca le cambió y su forma tan peculiar de cantar tampoco.
Llega “Play for today”, “A forest” y “Endsong” para terminar con la primera parte del show, se toman un tiempo de descanso y regresan con el primero Encore que traía “It can never be the same”, “Plainsong” y “Disintegration”.
Toman otro descanso y vuelven de nuevo con el mejor encore y la mejor parte del show, todos sus éxitos y la gente se vuelve loca al reconocerlos. Queremos hacer hincapié en que The Cure no cuenta con nada de visuales, son solo luces de colores, ellos y su grandiosa música. La banda no necesita nada más que eso, la potencia de su música y del sonido terminan por llenar un escenario en el que más de 90 mil personas lo estábamos presenciando, un escenario que impone y que The Cure incluso lo hizo sentir pequeño para la gran leyenda que son.
“The walk”, “Lullaby”, “Friday I’m in love”, “Close to me” acompañada de un Robert siendo vocalista haciendo pasos y muecas bastante divertidas y “Why can’t I be you” nos mostraban que el fin de la presentación estaba por llegar. Siendo la 1:10 am, Rob nos dice: “Nos queda tiempo para una canción más y creo que es bastante obvio cual es, estamos contentos por estar aquí” sonando los primero acordes de “Boys don’t cry” el público a pesar de haber estado casi 12 horas en el festival, tomó sus últimas fuerzas y brincaron y corearon esta canción.