Anoche el Auditorio Nacional fue el recinto en donde se llevó a cabo un “Maldito Show” completamente espectacular para cerrar el paso que tuvo en diferentes ciudades el Cuarteto de Nos por México como parte de su Tour Lámina Once. Con un rápido Sold Out, la banda Uruguaya se presentó en uno de los lugares más emblemáticos y famosos de México y nos hizo vibrar con un recuento de éxitos que a su manera nos recordaron que todos somos un poco raros, un poco bipolares, un poco locos, hablamos con el espejo, caminamos como zombies y nos gustan los jueves aunque anoche haya sido domingo.
Y es que ¡Que increíble momento para estar vivos!, para disfrutar de un show tan alucinante, amable y explosivo que de inicio a fin se inundó con una energía mágica totalmente contagiosa; y es que personalmente, a pesar de haber asistido a muchos eventos en el Auditorio Nacional, no siempre se vive una experiencia como la de anoche, en dónde el público verdaderamente estaba encendido, en llamas y completamente eufórico, incluso desde muchísimo antes de que saliera la banda al escenario, la gente ya tenía un ambiente festivo y cargado de vida gritando el nombre de la banda, coreando sus canciones e incluso el Himno Nacional Mexicano.
Puntualmente salieron al escenario Rodrigo Musso, Riki Musso, Santiago Tavella, Santiago Marrero, Álvaro Pintos y Gustavo Antuña, los genios detrás del Cuarteto de Nos que sin duda alguna llegaron al escenario con una desbordante energía que nos demostró por que su show fue un tremendo Sold Out, y a su vez, dejando clara la inmensa conexión con su público mexicano, y por supuesto, haciendo evidente el gran amor que nuestra gente tiene por ellos.
Dentro del setlist de la noche, pudimos disfrutar de un sin fin de éxitos que nos hicieron ir de la alegría a la melancolía, de lo más enérgico a algo mucho más agitado, y de algo profundo a ese algo completamente hipnótico que tiene el hacer un viaje al interior. Para abrir la noche, sonó “Flan”, la canción del álbum “Lámina Once” que nos invita a esperar a que cambie el mundo, seguido de la canción que no necesita identificación… ”El Hijo de Hernández” del álbum “Bipolar”. Después de presentar a la banda y saludar al recinto, llegó una de las favoritas, que es parte del disco “Raro”, el cuál fue el álbum que los trajo a México en el 2006, “Ya No Sé Que Hacer Conmigo”, seguido por “Lo Malo de Ser Bueno” del álbum “porfiado”.
Y a pesar de que este recinto es un espacio con asientos asignados, el público se mantuvo de pié completamente agitado, cantando y gritando cada canción convirtiendo al auditorio en un rugido uniforme que nos erizaba la piel, y con esta misma energía tan vibrante, llegó mucha más música para mantenernos en ese nivel enérgico alto, y después de escuchar “Anónimo”, Riki Musso tomó el micrófono para interpretar “Enamorado Tuyo” con pasos de baile dignos de un musical; y en seguida, devolviéndonos al presente, con un sonido potente “Chivo Expiatorio” comenzó a resonar en el recinto, y pudimos ver a Roberto golpear una pequeña piñata de chivo en el escenario.
Con una ligera pausa para cambiar algunos instrumentos, Roberto nos dio un pequeño destello de esperanza diciendo que sabe que hay mucha música pendiente, así que probablemente nos vemos el año que viene, y cerró esto último diciendo “Tenemos un Trato”… y lentamente, comenzó a sonar “Frankestein Posmo” y el coro se volvió completamente uniforme, un sentimiento único de estrecha conexión y complicidad entre la banda y los 10,000 asistentes; y tras un pequeño solo de piano de Marrero, llegó “Fiesta en lo del Dr. Hermes” que calentó los motores para dar paso a una canción que mantuvo al público con los brazos arriba con una ola uniforme para disfrutar de “Mario Neta”, seguido por otra imperdible, que aunque no parecía posible, levantó mucho más los ánimos y resonó “Maldito Show”, una canción que sin duda en vivo es una experiencia completamente insólita que entre una ola de explosiones nos mantuvo en llamas.
Acercándonos poco a poco al final, llegaron la icónica “Cinturón Gris”, y una batalla completamente en vivo de free style entre una computadora y Roberto con “Contrapunto para Humano y Computadora”, seguido de “Rorschach” una canción que hizo que las guitarras y la batería cobraran vida mientras enloquecimos lentamente para terminar viendo sólo manchas… Y con un auditorio que se convirtió en un auténtico santuario de luciérnagas, llegó un clásico conmovedor que hizo llorar a muchos entre la multitud, y esto contagió a Roberto mismo quién soltó algunas lágrimas, lo que suena irónico, escuchándolo cantar “No Llora”.
Nuestro querido Alvin hizo un pequeño interludio musical bastante cómico sobre como es la vida de un baterista, estando siempre oculto y atrás. Y seguido de esta pequeña pausa que calmó un poco los ánimos del público y nos dio un breve respiro después de cantar y quedarnos sin aliento… para dar paso de nuevo a ese alto punto de vigor con “Hombre Con Alas”, que nos devolvió a esa sensación de éxtasis; y para mantener esta noche aún más electrizante, sonaron “Miguel Gritar” e “Invierno del 92”, seguido de un pequeño solo de guitarra de Gustavo, llegaron los últimos éxitos para cerrar la noche, con un pasamontañas negro, Roberto interpretó “Buen día Benito” entre una lluvia de chispas y destellos que detonaron en cada coro.
Y para despedir un show que indudablemente fue grandioso, sonó una de las canciones más icónicas de esta banda de rock uruguaya, la única e inigualable “Yendo a la casa de Damián” que sin duda, aunque no parecía posible más, esta canción llevó al extremo la energía del público y volvió al recinto entero en una fiesta que no queríamos que terminara, y entre un sonoro y uniforme rugido, el público coreó, gritó, bailo y se enardeció como si la noche estuviera por comenzar en lugar de estar llegando a su fin.
Tras despedirse del escenario, Marrero permaneció unos minutos con el teclado y el sintetizador para dar un hasta pronto con el sello tan único de la banda, y tras un show tan emblemático, fue muy difícil llegar a la casa intentando apaciguar los ánimos de haber cargado el cuerpo con una energía y vitalidad tan electrizante.
Sin duda, por mucho este es uno de los shows imperdibles, como fanática del Cuarteto es un show que me llenó el corazón y como siempre, superó las ya de por si muy altas expectativas que tengo respecto a ellos; y para quienes no son fans de Cuarteto de Nos, auguro que con un sólo show, saldrán de cualquier recinto queriendo escucharlos todos los días. Esperamos con ansias poder verlos nuevamente en México pronto para disfrutar mucha más de la música que ya están preparando y continuar con esta conexión tan única que hay entre público y banda.
Reseña: Barbie Monter