México vivió una noche histórica en el Pabellón Oriente con la presentación de Bikini Kill, una de las bandas punk más influyentes de todos los tiempos. Pero antes de la llegada de las legendarias pioneras del movimiento Riot Girl, el escenario fue calentado por Cremalleras, una banda originaria de Monterrey que demostró que seguir tu pasión puede llevarte a lugares inimaginables.

Cremalleras, compuesta por Daniel (baterista) y Violeta (guitarra y voz), son un claro ejemplo de que cuando haces lo que más te gusta con corazón, el universo puede recompensarte de formas increíbles. Su actuación en el concierto de Bikini Kill fue el resultado de años de trabajo arduo y dedicación, y su presencia en el escenario fue una inspiración para todos los músicos emergentes que sueñan con abrir el concierto de sus bandas favoritas algún día.

El concierto comenzó con Bikini Kill arrasando desde el primer acorde con clásicos como “New Radio”, “This Is Not A Test”, “Don’t Need You” y “Jigsaw Youth”. Era evidente que estábamos ante una noche épica llena de euforia y emoción, y la energía de Kathleen Hanna, Tobi Vail y Kathi Wilcox era palpable en cada canción.

Entre canción y canción, Bikini Kill compartió momentos íntimos con el público, sin embargo, fue Tobi Vail quien desató la euforia al dar la bienvenida a todas las feministas del punk rock, provocando que el grito de “morras al frente” resonara en todo el recinto como un homenaje a Kathleen Hanna.

“Nunca habíamos tocado como Bikini Kill en México. Pero solo les puedo decir que siempre pueden ser punk rock”, mencionó Kathleen Hannah antes de arrancarse con “Outta Me”. Y la noche siguió con la energía desbordante de “Star Bellied Boy”, “Lil’ Red” y “Suck My Left One”, canciones que Bikini Kill anunció como las últimas, pero después de una pausa y la insistencia del público, regresaron con “Double Dare Ya” y “Rebel Girl”, dos de los himnos más importantes de la banda.

La versatilidad de Bikini Kill se hizo evidente cuando, en algunas canciones, las integrantes rotaban instrumentos y voces, demostrando que siguen siendo las mismas rebeldes que conquistaron el mundo del punk en los años 90. El concierto fue un recordatorio de la importancia y el poder del punk como una herramienta para desafiar el status quo y luchar por un mundo más justo y equitativo.

Texto: Sergio H. Silva

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